El Foro de Acción Rural, plataforma que aúna a organizaciones rurales, medioambientalistas, sindicales, de agricultores y ganaderos, de mujeres rurales, de producción ecológica y cinegéticas y trabaja desde hace nueve años a favor del desarrollo rural sostenible– ha consensuado un decálogo que recoge las propuestas básicas para asegurar una transición justa en el medio rural.

 

El documento completo, que será enviado a las administraciones competentes y grupos parlamentarios, responde a la necesidad de dar respuestas reales a los problemas que afectan a estas zonas, poniendo en valor su importancia e indiscutible aportación al bienestar del conjunto de la ciudadanía. En el actual contexto es más necesario que nunca trabajar en consenso, por un campo y pueblos vivos, tal y como se hace desde la diversidad de intereses que conforman el FAR.

Es necesario visibilizar la nueva realidad de los territorios rurales, despojándolos de tópicos y estereotipos, dignificando la vida y la imagen de los hombres y mujeres que viven y trabajan en ellos y empoderando a la población local para que puedan ser protagonistas del desarrollo socioeconómico sostenible en sus pueblos”, explican desde la organización.

Para el FAR, está claro que el despoblamiento, envejecimiento y masculinización de la población rural “es un problema de todos y tiene que ver con la falta de políticas que garanticen unos servicios y un adecuado desarrollo de las nuevas tecnologías, que promuevan la generación de empleo de calidad y la incorporación de jóvenes bien formados y con iniciativas de crear riqueza y empleo”. Actualizar la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural o la creación de una Mesa Estatal del Medio Rural para articular una política de Estado para el Medio Rural son algunas de las propuestas recogidas en el documento que acaba de presentarse. También se presta atención a la necesidad de apoyar a la agricultura y ganadería familiar sostenible, fomentando la transición agroecológica, ofreciendo precios justos y el reconocimiento social de la labor que estas personas realizan cada día por el conjunto de la sociedad. Una necesidad urgente, acelerada por los últimos acontecimientos, como la sequía o la guerra de Ucrania.
El contexto actual, con una nueva PAC y el potencial que ofrecen los fondos para la Recuperación y Transformación Económica, ofrece “una gran oportunidad para afrontar las necesidades del medio rural y contribuir al desarrollo socioeconómico, la sostenibilidad ambiental y la innovación, de manera que se avance hacia el equilibrio y la cohesión territorial en España y sus regiones. Por el futuro del campo y de nuestros pueblos” concluyen.
Desde el FAR se plantean las siguientes propuestas de consenso para una transición justa en las zonas rurales:

 

 

Por una transición justa en el medio rural

I ●  Asegurar la calidad de vida, los servicios públicos esenciales y la actividad económica sostenible en las poblaciones rurales.

II. ● Reforzar el papel de las mujeres como base del desarrollo del medio rural.

III. ● Facilitar la incorporación de jóvenes en el medio rural, especialmente al sector agrícola, ganadero y forestal, incentivando las explotaciones y modelos de mayor valor social y ambiental.

IV. ● Impulsar a la “agricultura familiar sostenible” formada por quienes residen y trabajan en el medio rural, conservando el patrimonio natural y cultural y promoviendo métodos de producción sostenibles.

V. ● Lograr un rendimiento económico justo de la cadena agroalimentaria, con precios justos y reforzando el peso de las pequeñas empresas y dando prioridad a los productos locales y a los circuitos cortos de comercialización.

VI. ● Apoyar un sistema agro-alimentario sostenible a través de una transición justa, apoyando a la producción y la alimentación ecológica, local y de temporada, inclusive la procedente de la caza social sostenible, a través de una orientación adecuada del marco político e institucional (fiscalidad, PAC, compra pública responsable, plan ganadería extensiva…).

VII. ● Promover Planes de acción y medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, a través del manejo sostenible de bosques y de sistemas agrarios, la sostenibilidad en la gestión de los recursos hídricos disponibles en cada zona y evitando la especulación e instalación de energías renovables en zonas protegidas y de alto valor agroecológico.

VIII. ● Proteger el medio ambiente, incluyendo la conservación de la biodiversidad (hábitats, especies), la gestión adecuada de los recursos naturales (suelo, agua, etc.) el empleo de prácticas agrarias tradicionales sostenibles (ej. compostaje, trashumancia) y soluciones basadas en la naturaleza, así como la restauración ecológica; todo ello mediante una planificación y financiación apropiadas, especialmente de la Red Natura 2000.

IX. ● Incentivar medidas y políticas de impulso y fomento de la gestión forestal sostenible, implicando a la población rural.

X. ● Establecer una política de estado para el medio rural con todos los actores interesados, que incluya actualizar la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, la creación de una Mesa Estatal del Medio Rural y garantizar una participación real y efectiva de la sociedad civil.