El pasado 30 de marzo en Madrid, el Foro de Acción Rural presentó el catálogo de propuestas para lograr una transición justa en el medio rural.

Este evento realizado en la sede de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) en Madrid,  contó con la participación de representantes de diversas organizaciones, en las que se hallan involucrados agricultores y ganaderos, investigadores, empresarios, representantes de la Administración Pública y miembros de la sociedad civil.

El Foro de Acción Rural (FAR) es una iniciativa constituida en 2013 con el objetivo de fomentar el desarrollo sostenible de las zonas rurales de España y promover la colaboración entre los diferentes actores sociales y económicos.

El FAR trata de crear comunidades rurales de mayor riqueza, que promuevan tanto el bienestar de las personas como el del entorno rural. Para ello, las entidades integrantes del Foro han elaborado un decálogo que incluye más de 60 propuestas para ayudar a atajar las problemáticas y obstáculos que frenan los logros en el ámbito rural, y lograr una transición justa en el medio rural.

 

 

 

Desarrollo sostenible y transición justa en el medio rural

Desde el Foro de Acción Rural queremos destacar la importancia del medio rural, de sus necesidades, de su población, de las actividades económicas y productivas que alberga y de los servicios y valores propios que aporta y puede aportar a la sociedad en su conjunto.

Ver documento completo

Décalogo “Por una transición justa en el medio rural”

1. Asegurar la calidad de vida, los servicios públicos esenciales, la residencia y

y la actividad económica sostenible en las poblaciones rurales, contra el despoblamiento a través de estrategias de ordenación territorial para el desarrollo rural y visibilizando el papel del municipalismo.

 

2. Prestar especial atención a las necesidades de las mujeres en el medio rural,

en especial reforzando el papel de la mujer en el sector primario y atacando el círculo de masculinización-envejecimiento-despoblamiento, y poniendo en valor el trabajo realizado por las mujeres, como base del desarrollo del medio rural.

 

3. Apoyo efectivo a la incorporación de jóvenes a actividades en el medio rural,

especialmente en el sector agrícola, ganadero y forestal, y aplicación de medidas complementarias que fomenten el rejuvenecimiento del sector, con especial esfuerzo para aquellas explotaciones y modelos de mayor valor socio-ambiental.

 

4. Impulsar un modelo de agricultura familiar sostenible,

constituido por una agricultura familiar que reside y trabaja en el medio rural y cuya principal renta y dedicación proviene de la actividad agrícola y ganadera, que aplica métodos de producción ambientalmente sostenibles y conserva el patrimonio natural y cultural. Para ello debe asegurarse, al menos, el reconocimiento de la Agricultura Familiar a través de normativas específicas, para establecer prioridades de apoyo y otras medidas de fomento diferenciadas.

 

5. Promover un rendimiento económico justo en la cadena agroalimentaria,

reforzando el peso de las pequeñas empresas y de la agricultura familiar en la cadena de valor, con precios justos, relación contractual, etiquetado en origen obligatorio, flexibilidad en los reglamentos higiénico-sanitarios, dando prioridad a las economías y mercados locales, fomentando las producciones de calidad diferenciada sostenibles, la
venta directa y las cadenas cortas de comercialización.

6. Impulsar un sistema agro-alimentario sostenible

a través de una transición justa que no deje a nadie atrás, apoyando a la producción y la alimentación ecológica, local y de temporada, inclusive la procedente de la caza social sostenible, a través de una orientación adecuada del marco político e institucional (fiscalidad, PAC, compra pública responsable, plan ganadería extensiva…).

7. Promover Planes de acción y medidas de mitigación y adaptación al cambio climático,

a través del manejo sostenible de bosques y de sistemas agrarios teniendo en cuenta la sostenibilidad en la gestión de los recursos hídricos disponibles en cada zona y evitando la especulación e instalación de energías renovables en zonas protegidas y de alto valor agroecológico.

8. Proteger el medio ambiente, incluyendo la conservación de la biodiversidad

(hábitats, especies), la gestión adecuada de los recursos naturales (suelos, aguas…), el empleo de prácticas agrarias tradicionales sostenibles (ej. compostaje, trashumancia) y soluciones basadas en la naturaleza, así como la restauración ecológica; todo ello mediante una planificación y financiación apropiadas, especialmente de la Red Natura 2000.

9. Impulsar la aplicación con dotación presupuestaria del Plan de Activación Socioeconómica del Sector Forestal

con el objetivo de promover la gestión forestal responsable, el incremento del número de montes que cuentan con un proyecto de ordenación, u otro instrumento de gestión equivalente, el asociacionismo y la apuesta por el mercado de productos forestales sostenibles.

10. Establecer una política de estado para el medio rural con todos los actores interesados

que incluya la creación de una Mesa Estatal del Medio Rural, actualizar la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, la
protección del patrimonio rural inmaterial y garantizar una participación real y efectiva de la sociedad civil.

Pero algo estaremos haciendo mal…

En el acto intervino Tomás García Azcárate, vice-director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC) e investigador asociado del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambiental (CEIGRAM), experto en políticas públicas agrarias y exmiembro de la Comisión Europea, donde ejerció diferentes cargos durante 29 años.

Tomás recalcó que a pesar de llevar décadas luchando contra la despoblación y la obsolescencia del mundo rural, las políticas no lograban atajar el problema y estos procesos sigue creciendo la brecha urbano-rural.

“El mundo rural es mucho más que agricultura”

“No es lo mismo política rural-agraria que política rural-rural”

“A pesar de las políticas de desarrollo rural y de modernización agraria los pueblos se siguen vaciando”

Tomás García Azcarate

De lo rural a lo urbano y de lo urbano a lo rural…

Cada vez la necesidad de otro modelo de desarrollo es más evidente: semanas de 4 días, ciudad de 15 minutos, compatibilidad laboral y familiar del trabajo, valorización de las labores domésticas, ayuda a la dependencia, estilos de alimentación más saludables…

Y es que lo ruralurbano llega como un planteamiento de doble cara. Por una parte, lo rural como solución a los problemas de lo urbano, y por otra, lo urbano como solución a los problemas de lo rural.

Lo rural como solución a los problemas urbanos

Contaminación, atascos, aislamiento, soledad,  alimentación no sostenible, alejamiento de la naturaleza

Lo urbano como solución a los problemas rurales

Envejecimiento, aislamiento, endogamia, control social, búsqueda de mercado para productos y servicios, diversificación económica

Las buenas noticias…

No obstante, la sociedad está tomando conciencia y se están implementando, cada vez más, mecanismos como el rural-proofing y la idea del Rural 30, lo que nos trae esperanzas de que un cambio real es posible.

El acto también acogió la participación de representantes de diferentes fuerzas políticas. Jorge Martínez Antolín del Partido Popular, Ana María Romero por el PSOE, Irene de Miguel por Podemos y Beatriz Martin por Teruel Existe.

En el mismo, los partidos políticos tuvieron la oportunidad de mostrar su posicionamiento en diferentes materias que afectan al mundo rural, así como responder a las preguntas y planteamientos tanto de los asistentes como de las personas que siguieron el evento de forma telemática.

En definitiva, resultó ser una jornada llena de aprendizaje, en la que tuvimos la oportunidad de escuchar opiniones y posicionamientos sobre el campo y las políticas rurales, y dejar testimonio del trabajo de consenso del FAR como una línea a seguir para alcanzar un pacto que contemple la diversidad de territorios, que aúne voluntades políticas a medio plazo, que equilibre la actividad económica con la población local, que aborde el problema de la vivienda rural, y que permita una política medioambiental no enfrentada con los habitantes del territorio.