Otra aportación más de los proyectos presentados en las III jornadas en la UAM celebradas esta primavera de 2016. En este caso presentamos la experiencia municipal de Redueña (localidad de la Sierra Norte de Madrid) promovida por nuestra compañera DILAS. Se trata de una experiencia piloto de gestión municipal de biorresiduos, tratando de cerrar los ciclos orgánicos locales, mediante el avicompostaje.

 

vista redueñaRedueña es un pequeño municipio de la Sierra Norte de Madrid con una población de 281 habitantes (INE 2014) distribuidos en 95 hogares en primera residencia (y 35 hogares de segunda residencia). El municipio ha duplicado su población en los últimos 25 años (144 habitantes INE 1991). Este incremento de población se ha producido tanto por el retorno de familias originarias del pueblo como por la incorporación de nuevos pobladores. Se trata de un municipio en el que se ha producido un crecimiento socio-demográfico que podríamos considerar equilibrado entre los “hijos del pueblo” y los “nuevos pobladores”.

El Ayuntamiento de Redueña, como miembro fundador de la Asociación intermunicipal Territorios Reserva Agroecológicos, Red TERRAE, viene trabajando desde 2012 en un modelo de políticas públicas de apoyo a la agroecología realizando diferentes iniciativas agroecológicas. A finales de 2014 comenzó lo que se denomina una experiencia de Ciclos Orgánicos Locales.

En el diagnostico inicial se analizó el comportamiento de los hogares en lo relativo al manejo de los biorresiduos, y se identificaron 12 hogares (73 personas) que mantenían un sistema tradicional de gestión de los biorresiduos con gallinas y otros animales en sus propias casas. Esto significa que un 26% de la población mantenía lo que se pueden considerar buenas prácticas tradicionales. Esto supone un peso de prevención de vertido de biorresiduos  que se sitúa en el entorno de las 16’9 T anuales.  Y si nos atenemos a un coste de 150 € por T y año supondría un ahorro de 2.535 € anuales.

Dentro de su política agroecológica local el municipio de Redueña realizó una campaña de mejora de los Ciclos Orgánicos Locales (marco del proyecto TERRAE COL) ofreciendo a los vecinos dos sistemas de compostaje.

campaña Redueña composta

 

  • Modalidad A. Un sistema de compostaje comunitario básico, en el que se implicaban a diversos hogares que se comprometerían a depositar sus biorresiduos separados en unos composteros situados en un jardín comestible. Este sistema se fomentó mediante campañas de sensibilización sobre la separación en origen, charlas colectivas y entrega de cubos marrones para la recogida selectiva del biorresiduo. Este método ha logrado interesar e implicar a 10 hogares y 25 personas.  Dicha modalidad presenta mayores dificultadas de continuidad y de compromiso, mientras siga existiendo la posibilidad de vertido de orgánicos en el contenedor de restos.composteras comunitarias
  • Modalidad B. Un sistema de avicompostaje comunitario, en el que se implicaban 7 hogares gestores del gallinero que a su vez debían implicar como mínimo a otro hogar. Cada día de la semana estaba repartido entre las siete familias gestoras que asumían la responsabilidad de pesar y aportar los biorresiduos para alimentar a las gallinas, y recoger los huevos el día asignado. La experiencia ha implicado los biorresiduos de 15 hogares participantes y un total de 35 personas; Las siete plazas de gestores fueron rápidamente asignadas, e identificados otros hogares de familiares y amigos, implicados en el sistema avicompostaje.

gallinero comunitario avicompostero 2

Como innovación al proyecto se planteó la confirmación de compromisos en cada modalidad, para ello se empleó y adaptó a cada caso el ecosistema de contratos TERRAE, vinculándose a la gestión de biorresiduos y al compostaje. En concreto se han adecuado dos tipos de contratos: Los Contratos TERRAE 0.1 Cierre Orgánico Local “Separar y compostar” y TERRAE 0.2. Tutela comunitaria al aprendizaje del Avicompostaje. “Aprendiendo autoconsumo”. Integrando dicha gestión como parte del itinerario de alfabetización agroecológica y creación de espacios de colaboración y encuentro vecinal.

Estos contratos de compromiso son firmados entre las partes, Ayuntamiento y vecino, y se hace entrega del cubo marrón de malla y bolsas compostables a todos los hogares participantes (47 hogares). La experiencia piloto se inició en septiembre de 2014, con sesiones informativas, de explicación teórica y talleres prácticos de compostaje, implantándose plenamente en enero de 2015. (Este informe da cuenta del resultado del primer año de experiencia hasta enero de 2016.)

Posibilidades máximas de compostaje local en Redueña.

Atendiendo a unas proporciones C/N de 30/1, para un adecuado proceso de compostaje, y a que se producen una cantidad de 40 kg de estiércol por gallina ponedora, las 17 ponedoras del avicompostero de Redueña estarán produciendo cada año una cantidad próxima a los 640 kg, de los cuales es nitrógeno 320 gr/kg,

Atendiendo a esta proporción C/N 30/1, significa que los que los 205 kg de nitrógeno que aportarían estas 17 gallinas al año, permitirían compostar adecuadamente 6’15 t de material vegetal (Carbono), el doble del peso que se ha tratado en 2015.

En 2016 la experiencia ha concluido con el tratamiento de unas 3 t de biorresiduos (entre orgánicos domésticos, jardinería y de los huertos sociales), lo que producirá 1,5 T de compost, estimación que permitirá fertilizar adecuadamente con 2 kg/m² de compost 500 m² de huertas y jardines de los participantes en la experiencia.

avicompostero

REDUEÑA COMPOSTA 2

Pincha en la imagen para ver panel poster del proyecto

Conclusiones.

La cría de aves alimentadas con los biorresiduos es un sistema efectivo. Muchas familias que disponen de conocimientos y terrenos adecuados recurren todavía al avicompostaje en Redueña (el 25% de los hogares del pueblo).

La propuesta de avicompostaje a los vecinos que no disponen de terreno o de conocimiento para la cría de aves ha conseguido implicar a siete familias en la gestión, y a 15 en el aporte de sus biorresiduos al sistema de avicompostaje.

En Redueña se ha demostrado que el avicompsotaje genera mayor interés y compromiso por parte de los vecinos que los sistemas de compostaje comunitario básicos. La compensación cualitativa de primero, producir los propios huevos y segundo producir compost de calidad para los huertos y jardines de los hogares participantes, es un estimulo interesante. La población entiende con interés el objetivo de una economía más circular y la aplicación concreta de los ciclos orgánicos locales.

El avicompostaje permite una notable capacidad de dinamización comunitaria (vecinal) y apunta a una mejora en la prestación de servicios municipales, tanto de tipo cultural y de ocio (en clave agroecológica) como de exploración de nuevas modalidad de gestión de la competencia propia de separación en origen y prevención de vertido de los biorresiduos.

Atendiendo a un coste de recogida y gestión de 150 € por T y año, el sistema de separación en origen y prevención de vertido, que ha implicado a 133 de 281 habitantes del municipio, supone un ahorro que se sitúa en el 57%.

Si nos atenemos a las estimaciones de reducción de emisiones de la recogida selectiva estimados por la Oficina Catalana de Cambio Climático, este sistema reduce en un 38% las emisiones. Para el caso de agrocompostaje de “kilometro cero” sin implicar maquinaria de recogida, las emisiones se pueden reducir a más del 50%.

Por otro lado, y según un informe elaborado por la organización amigos de la tierra, un sistema de compostaje comunitario evita el vertido de gases de efecto invernadero, que se sitúan de media en el resto de sistemas de gestión en el entorno del 12% del peso del residuo. De este modo 100 t tendrían unas emisiones medias de 12 t eqCO2 con un sistema de tratamiento en planta.

La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es un mandato de la Estrategia Europea 2020, y del Plan Nacional Integrado de Residuos 2008-2015 que termina lejos del cumplimiento de sus objetivos con un sensible incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero imputadas a la gestión de residuos durante este periodo.

fertilizantes

Como Fertilizantes, o factores que son precisos para vitalizar este trabajo de dinamización:

El avicompostaje comunitario en pequeños municipios rurales tiene claras ventajas, pero requiere una serie condiciones que, por orden de importancia, consideramos que son:

Convicción y compromiso por parte del equipo de gobierno para defender el modelo de ahorro en prevención de vertido.

Trabajadores municipales implicados en el seguimiento y acompañamiento del proceso de avicompostaje. Este punto se puede suplir con convenios con asociaciones locales, vecinales o agroecológicas.

Terrenos municipales adecuados (bastan unos 50 m²) que no estén a menos de 50 m de un hogar.

Recursos económicos mínimos para las inversiones (en el caso de Redueña la inversión económica para el avicompostero fue de 1.783,35 €),

control de plagasComo control de plagas, riesgos, puntos críticos, alertas que son necesarios considerar en este trabajo de dinamización:

Las debilidades encontradas en el modelo ensayado en Redueña radican:

En el escaso seguimiento cualitativo y cuantitativo del centro de compostaje Arboreto Comestible desarrollado por el sistema de compostaje básico o vecinal. No existiendo datos sobre los Kg de biorresiduos vertidos en composteras y sin incorporar al ciclo de gestión convencional del residuo municipal. Por ello debe buscarse una solución al respecto, consiguiendo datos que sumen al ahorro de vertido y comprobando el proceso de elaboración del compost.

En la recogida de residuos gestionada por una mancomunidad de municipios que aun no ha implementado campañas de prevención de vertido. Esto hace que el esfuerzo de prevención de vertido no repercute en términos económicos ni en el municipio ni en las tasas a los vecinos ni en los costes de recogida a la administración. La publicación de los costes, y el diseño de sistemas de incentivo a la prevención de vertido serian claves para conseguir implementar este tipo de proyectos en el medio rural.

 semillas

Como semillas, o claves para mantener la identidad local, elementos que garantizan la transferencia y la continuidad de este trabajo de dinamización:

Las necesidades resultantes del ensayo versan:

Mantenimiento continuo de campañas de sensibilización con la población local para separar en origen y reutilizar el biorresiduo como alimento para la tierra.

Diseñar incentivos innovadores hacia la población que ayude a separar y reciclar.

Formación continua en la gestión del biorresiudo y la elaboración de compost a nivel comunitario y doméstico.

Complementar a los centros de compostaje comunitario con la existencia de cubos marrones de 120 L donde depositar los biorresiduos, distribuidos por el municipio que gestionará el propio Ayto a través de su operario trasladando el vertido a los centros de compostaje donde se pesará y contabilizará.

Dotar al municipio de una granja de lombricompostaje destinada al fomento del compostaje doméstico.

La publicación de los costes, el diseño de sistemas de incentivo a la prevención de vertido, las campañas de sensibilización y comunicación continuas sobre la separación en origen del biorresiduo y el valor agroecológico de la reutilización del vertido en compost serian claves para conseguir implementar este tipo de proyectos en el medio rural.

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