ENTREVISTA

Encajar la agricultura con la naturaleza

Conversamos con personas de Brasil y México, expertas en agroforestería agroecológica, también conocida como agricultura sintrópica. Entrevista con Rodrigo Marqués y con Daniel Meneses miembros fundadores de Tierra Negra, consultora de proyectos ecológicos integrales durante su estancia por España, acompañados con Vanessa Oliveira, fundadora de Enteleckia una empresa social que está instituyendo un Centro de Innovación y Estudios en Agroecología en la Sierra Norte de Madrid.

¿Cómo diríamos en palabras sencillas, qué es la agricultura sintrópica, o el término de agroforestería?
Pues la agroforestería, en realidad, pueden ser varias. En el Mundo hay técnicas que vienen de los pueblos desde hace 5000 años, de estar manejando y sembrando estas áreas en los bosques. En México se conocen hasta 50 tipos diferentes, en Brasil no están catalogadas pero hay prácticas tradicionales en el Amazonas y también en la costa. También, hay agroforestería siendo impulsadas por la agricultura industrial, que usan químicos y que son superposiciones de monocultivos.

Nosotros estamos trabajando en la agroforestería agroecológica, que denominamos agroforestería sucesional, porque tratamos de asemejar los procesos a la sucesión natural de los ecosistemas. Es un término de la ecología que contempla la evolución desde los ecosistemas de pastos, los arbustos y los árboles de rápido crecimiento, hasta un bosque maduro con el aporte de fruta, madera y nueces

Es una secuencia natural. Nosotros tratamos de que la agricultura sintrópica incorpore esos principios para el desarrollo del ecosistema. Se trata de encajar la agricultura en la naturaleza, y no al revés que es lo que convencionalmente se ha hecho.

La agricultura sintrópica, es una forma especialmente intensiva de agroforestería que imita el establecimiento de un ecosistema natural óptimo, como el de los bosques naturales vírgenes. Se plantan diversos cultivos y plantas autóctonas en alta densidad. Es importante conocer los fundamentos de la sociología de las plantas, la biología del suelo y los factores de apoyo como las micorrizas y otros bioestimulantes, como las sustancias húmicas.
Desarrollado por Ernst Götsch, agricultor suizo que desde hace 40 años aplica este sistema en Brasil con plantas autóctonas del país. La Sintropía se está aplicando en distintos países como Costa Rica, Nuevo México, Grecia, Brasil, Portugal, Alemania y Suiza, adaptadas a las condiciones locales.

 

Pero si hablamos de agricultura, hablamos de generar riqueza, de producir alimentos, de obtener unos rendimientos.

 

Lo que la agroforestería busca, no es algo nuevo, es algo que tiene miles de años funcionando y sucediendo en las culturas americanas. Pues nos han demostrado al paso de los años que para hacer una agricultura de gran alcance, no podían solamente comer granos, como por ejemplo el maíz o el pico de calabaza. Sino que ellos con ese entendimiento y esa conexión con la naturaleza fueron desarrollando una manera de vincularse y de trabajar con el entorno natural. Qué incluyen plantas medicinales, plantas comestibles de hojas, otras que pueden ser frutas, otras como maderas. Se aprende a relacionarse de esa manera, observando cómo funciona y aprendiendo que somos parte de este sistema.
Si pero la agricultura se enfrenta al reto de alimentar a la población mundial, con la dificultad que tiene que seamos cada vez un planeta más sobrepoblado y las limitaciones por falta de agua.

 

Bueno, el trabajo que nosotros hacemos no es exactamente la agroforestería tradicional, es el fruto de la sistematización que Ernst Götsch ha hecho y de enseñar como la naturaleza funciona y de encajar la agricultura ahí. En el proceso de planificación, cada persona va a elegir un modelo de agricultura y producto con el que quiere trabajar. Hay gente que va a encontrar dentro de la agroforestería modelos de producción de huertos, de vegetales hacia el bosque o de transicionar las áreas de huertos hacia productos forestales, de manera que seamos capaces de cosechar en todas las etapas de la sucesión. Se tiene cosechas al inicio con 25 días con un rábano con arrúbulas, brócoli con 100 días y tomates hasta 180 días. Y las cosechas van pagando el manejo del área que un día va a dar frutos y que también va a pagar cosechas. Hay otros modelos basados en plantas medicinales en el bosque, que producen melisas, hierbabuena, romeros, lavandas, también otros arbustos y hasta árboles medicinales.

Pero claro son estrategias de planificación, que a nivel económico van a tratar de demostrar la viabilidad del sistema. Pero muchas veces un pequeño productor no puede esperar 4 ó 5 años, para que la fruta esté dando y no tener sus ingresos económicos.

Cuando empezamos a trabajar con la complejidad de las técnicas que plantea la agricultura sintrópica, no podemos pensar en esa agricultura de la misma forma como pensamos en la agricultura convencional. El flujo de agua no es lo mismo, la captación no es la misma, el uso de insumos no es el mismo, con las plagas y enfermedades no es lo mismo. Todos estos conceptos van a tener una relectura, y en la medida que el tiempo va pasando en la agroforestería sucesional usas menos insumos, usas menos agua. Con la fotosíntesis, con la densidad de plantas, captan agua del aire, el proceso de la fotosíntesis tiene como resultado el agua.

¿Entonces, falta agua? Sí, porque ahora se deja poco margen a la fotosíntesis, los campos están deteriorados, están labrados y están siendo golpeados todos los años. No hay plantas cumpliendo esa función de movilización de agua y de fijación de carbono. Eso es parte del proceso, y está relacionado también con la salud del suelo. A medida que las plantas hacen fotosíntesis, se generan los exudados radiculares que alimentan los microorganismos. Cuantos más microorganismos, más captación de agua y más fertilidad.

Entonces ante la necesidad de generar ingresos de manera rápida, cuánto tiempo hay que invertir en estos procesos porque los árboles tardan en crecer… o podemos trabajar con terrenos baldíos o terrenos forestales que ya existen, como varios montes de utilidad pública.

 

Realmente, este modelo del huerto al bosque no se basa únicamente en la obtención de ingresos directos, sino que también aboga por la soberanía alimentaria de los pueblos. Actualmente, el sistema agrícola está enfocado únicamente en el recurso que voy a obtener económico, y no lleva en cuenta el recurso que voy a obtener para dignificar la vida de mi pueblo, de mi familia o de mi región.

Ahora los bosques que podemos intervenir son producto de una reforestación de una o dos especies con una separación de 1 ó 2 metros entre cada árbol. Este sistema no permite que exista la asociación natural, porque ellos están tomando todo el espacio. En estos lugares no se da oportunidad a otras plantas, por ejemplo, por falta de luz para crecer. Entonces, si quisiéramos trabajar en estos lugares, básicamente lo que haríamos sería hacer primero una observación de la región. ¿Cuáles son las necesidades de estos pueblos que están alrededor?

Será necesario cortar estos pinos, podar, acomodar en el suelo y a partir de eso sembrar especies, que van a ir a la sucesión natural, que nos van a ir dando los productos que vamos a ir necesitando. También, se va dando la asociación de especies, ya sea microorganismos, bacterias y hongos, pero también lombrices, hormigas, zorros, venados, osos. Entonces, se restablece el equilibrio en la naturaleza. La función del humano más importante es recuperar y dejar ese espacio para que los demás animales también puedan llegar. Lo que tenemos es una mirada que cambia la flora y fauna.

Para nosotros es muy claro y es más fácil empezar en esta situación de un área súper degradada, donde apenas crecen hierbas, y a medida que el pinar se abre, aumenta la profundidad y calidad del suelo, la presencia de microorganismos, etc. No es lo ideal trabajar con un monocultivo y es mucho más viable que depender de insumos externos. Cuanto más degradado es necesaria más inversión para recuperar esta área, no sólo de dinero, sino también de tiempo.

Estamos hablando de un sistema que no está basado en las plantas comerciales, que son plantas de sistemas en claros de bosque. Si nosotros tiramos unas semillas de brócoli en un área totalmente compactada, no saldrá nada, pero que si tú abres el claro del bosque de pinos con el suelo más flojo, más acolchado y echas una semilla de brócoli, tendrá mucha más probabilidad de que se desarrolle, porque son especies de otro momento sucesional del ecosistema.

Tenemos muy claro que la deforestación que hay en España, en México o en Brasil y por todos los lados está generando situaciones cada vez más críticas de pérdida de agua, de biodiversidad, de calidad de suelos. Esta degradación es antrópica, causada por nosotros y no era la realidad de los pueblos antiguos que trabajaban en el bosque.

Y en este contexto qué papel juega la ganadería. Ahora estamos en algunos casos planteando la función de rebaños bomberos con la ganadería extensiva… pero es posible compatibilizarlo con sistemas de cultivo en el bosque.

 

No es muy complicado, si nos remontamos a los inicios de la ganadería, cuando empezamos con el pastoreo hace miles de años. Hay algunos estudios en el norte de México y del sur de Estados Unidos, que comentan que los nativos americanos pastoreaban a las manadas de búfalos y este pastoreo lo que hacía era ayudar a la regeneración de los ecosistemas. Gracias a todas las funciones que proporcionan estos animales a los ecosistemas, que conservan los parques naturales. Ya no existen muchos animales, en general, cuando estos animales, realmente son los que podan los que siembran semillas, los que abonan, los que mueven el suelo.

En este tiempo de destrucción, de deforestación y de degradación de los ecosistemas, desde la inteligencia del humano debemos retomar estas prácticas ancestrales, podemos regenerar los suelos con la ganadería. Y, existen muchos ejemplos ya en los que se pueden regenerar los ecosistemas con la ganadería, precisamente ahora en México estamos trabajando con un proyecto de ganadería regenerativa con vacas.

Podemos enumerar las funciones del animal en el ecosistema. Si tenemos un suelo compactado el animal rompe la primera capa de tensión superficial del suelo cuando pisa y abre un punto donde se capta la humedad y ofrece la posibilidad a las especies de volver a surgir y de crear esta fotosíntesis. También añade azúcares y proteínas al suelo para regenerar el ecosistema desde el suelo, porque todo empieza desde ahí.

Si vamos entendiendo esta parte, puedes pastorear en los pastizales o dentro de un bosque. Primero entras con ganado más grande, generalmente vacas, luego entras con ovejas o cabras y, al final, terminas con gallinas. Cada una de estas especies te va dando una función ecosistémica para regenerar los suelos. Después, de este momento sacamos el ganado para que las plantas inicien el siguiente paso de la sucesión. Son estrategias que están ya muy estudiadas, como el pastoreo rotativo y el manejo holístico.

Nosotros lo que estamos planteando es incorporar árboles a esos sistemas, hablamos también entonces de árboles forrajeros para alimentar los animales y árboles maderables, para que dentro de algunos años, haya otra entrada económica para el productor.

Parece un poco incompatible criar cabras y tener vegetales en la misma área, hay gente experimentando al final del ciclo de las hortalizas, entrar con los animales para que los animales coman las sobras de los productos. Que también van a preparar el suelo, pero es muy complejo. El productor que se sienta cómodo y confiado hace ese tipo de experimento maravilloso. Pero si no, es tan sencillo como fragmentar el pasto, hacer rotaciones, conocer el cálculo para saber cuántos animales por metro cuadrado. Se buscan altas densidades de animales en ese aspecto, la ganadería regenerativa ha demostrado su potencial productivo, produciendo más animales por hectárea y más kilogramos de alimentos, siguiendo ejemplos de éxito como el conocido Polyface de Joel Salatin.

Pero cómo se combina este cambio de enfoque con la necesidad de obtener resultados a corto plazo. Especialmente, desde los ayuntamientos que abordan programas en 4 ó 8 años, qué se podría hacer al respecto, para tener algún efecto visual que contagie y genere una opinión favorable por los habitantes locales. Tampoco nos sirven muchas veces, los ejemplos de fuera de la Península, por tratarse de zonas con climas muy diferentes, además ahora estamos muy sensibles por el ciclo de sequía que venimos teniendo en estos años. 
Un ejemplo para mostrar sería que es posible volver a tener agua a través de la siembra, no al revés. No tener agua para poder sembrar, sino que sembrar para volver a tenerla. Eso en una actuación a cuatro años es visible, pero hay que considerar que en la ecología no se puede pensar como el modelo copia y pega.

Entonces, lo primero es conocer el territorio, si por ejemplo es un pueblo productor de trigo, tengo que hacer un planteamiento de un manejo para trigo y, tal vez la zona de pinares no sea la más ideal donde actuar. Hay que conocer si hay productores en la región de alguna fruta específica (olivos, uvas, frutales…), para entonces diseñar un modelo que pueda ser algo más real.

Se experimentaría con las especies que la gente ya tiene en la zona, abriría claros en ese bosque, organizaría la materia orgánica. Para entonces, sembrar todas las especies de esa sucesión de nuevo. Entonces podría ser una asociación simple con algunas de las especies: chopo, eucalipto, fresnos, moreras, espinos, entre otras.

Con esas especies serían las primeras intervenciones. Luego el bosque que estamos buscando, normalmente, uno del final de la asociación sería cuando estamos hablando de olivos, de higos, de duraznos, albaricoques. Estamos hablando de especies que necesitan su ambiente original, no el ambiente que les estamos dando en las explotaciones. En el ambiente original con mucha fertilidad son los bosques que tienen capacidad de sostener la producción de frutos, sin una gota de insumo.

Esta es la agricultura sintrópica, cuyo fundamento es una agricultura de procesos y no de insumos.  Considerando que en la naturaleza los procesos siempre son lentos, y que lógicamente se trata de una explotación económica, agregamos algún insumo para que el sistema empiece a funcionar, ya sea microorganismos, harina de rocas, materia orgánica, etc. La otra opción sería dejar simplemente la sucesión natural y empezar dejando que las plantas surjan como tal. Haciendo una inserción de semillas, metiendo algún tipo de semillas de pastos, siembra directa para que empiece a crecer, para que se vaya regenerando el suelo, que vaya trabajando. Las podas son estimulantes del crecimiento y mejoran el desarrollo del ecosistema, en este caso de los agroecosistemas.

Volviendo al ejemplo de los pinos, se organizan siembras en estos periodos cortos de 4 años, con girasoles y calabaza, después se puede cosechar uvas como segunda etapa, durante otros 3 ó 4 años. Posteriormente, estaríamos de nuevo con higos, albaricoques, entre otras empezando la producción. Esas plantas van a producir durante 30 años. Se puede diseñar sistemas para dar cosechas durante todo el período, no solo cuando hay frutas, se puede añadir un elemento más de sostenibilidad, incluso financiera.

Pero lo que se plantea desde esta óptica se corresponde con sistemas biodiversos con una producción muy variada de productos, poco viables para su comercialización. 
Sí, ciertamente es un gran desafío y creo que ese fue el gran trabajo de Ernst Götsch. Porque él logró sistematizar de una forma que es un poco más entendible, como lo hacían los pueblos antiguos. Ha sido fundamental para que la ciencia empiece a medir, y ahora que contamos con más herramientas de planificación -incluso a largo plazo-, se puede trabajar con más de 60 especies de manera que se cumplan las asociaciones naturales.

 

Y cómo se plantea la agricultura sintrópica considerando el cambio climático y la necesidad de re-adaptar las producciones agrícolas. 
Justo eso es lo más bello de la agricultura sintrópica. Aunque puedas tener tus productos desde los primeros 25 días, el sistema ya está diseñado para que tengas un olivo que puede durar más de 1000 años. Todos los agrosistemas piensan a corto plazo, pero los ecosistemas son dinámicos. A parte de los árboles que van a durar 2000 años. En algún momento van a tener que ser podados y cortados, ya sea por nosotros o por los animales. Para darle paso a esta nueva sucesión que muy probablemente son las semillas que siguen ahí, o sea, la memoria genética de los territorios. Porque el sistema como tal no está preparado aún, con toda la fertilidad y con toda esa energía acumulada para dar paso a estas nuevas especies. Está claro que el sistema agroforestal está enfocado al futuro, pero no sólo, también está enfocado al presente.

El futuro en relación con el cambio climático es tan incierto. Hay previsiones que dicen que nos vamos a congelar, hay otros que nos vamos a inundar. Lo que podemos hacer es lo que se da para sembrar hoy, y mañana vemos que habrá un cambio, pues tumba y empiezas de nuevo. Sabiendo que el suelo que estamos trabajando ya ha tenido intervenciones positivas en el tiempo, de manera que tú tengas oportunidad en un futuro. Volver a recompensar desde un lugar no tan degradado.

Hay que cambiar la concepción del bosque, actualmente asociado al monocultivo (generalmente pinares) y traer la idea de un bosque más sano, que trae más agua y que en sí puede realizar una contención del incendio. Que incluso puede ser trabajado por la ganadería. Es una cuestión termodinámica, cuando tienes un bosque de pinos, todo el follaje está solo en la parte de arriba y no hay estratificación. No hay espacios abajo y la tendencia es que la temperatura de abajo sea más caliente que la de arriba. Este aire se hace cada vez más seco,  porque no hay áreas libres, no hay sotobosque y en cuanto haya una chispa, prende fuego en todo.  Los árboles están diseñados para resistir el fuego, no para prenderse, sino que para resistir el fuego, pero si están viviendo en un ecosistema en el que todo está secándose, la tendencia es que haya menos resistencia. Hay que considerar que cuanta más estratificación y más densidad del bosque, será mucho más difícil que se generen los incendios.

 

La experiencia práctica en Valdepiélagos

De la teoría a la práctica

El Ayuntamiento de Valdepiélagos con las ayudas Leader de GALSINMA (Grupo de acción local de la Sierra Norte de Madrid) en el marco de la Escuela Agroecológica la Granja de Alejandro, viene desarrollando ciclos de Talleres sobre Agroecología desde junio de 2023.

El proyecto de la Granja de Alejandro, finca cedida por un particular al ayuntamiento, alberga distintos espacios de experimentación de oportunidades asociadas a la agroecología. Desde la implementación de una gran variedad de cultivos, nuevas técnicas de plantación y diseño (línea clave, zanjas de infiltración, bancales elevados, área de agrocompostaje y vermicompostaje, gallinero…).

Entre todas las actividades de formación y dinamización se han impartido dos ciclos sobre Agricultura Sintrópica. Vanessa Oliveira de Enteleckia impartió la teoría y la práctica fue facilitada por Ana Sosa de CALARÁ y por Jaime Otero del Projecto Dispersor. La intención de estos ciclos esra incorporar un área experimental de agroforestería regenerativa con los principios de la Sintropía. Básicamente, se trataba de cumplir con las enseñanzas de Ernest Götsch y sus fundamentos aplicados específicamente al ecosistema de clima semiárido de la Meseta mediterránea.

Durante el aprendizaje práctico en el taller práctico se implantó una pequeña área piloto experimental de 25 m², con 23 especies variadas de árboles, arbustos, frutales, medicinales y herbáceas, con alta densidad y diversidad, para que las interacciones y asociaciones ecológicas sean posibles para su constatación como benéficas. El primer aspecto que considerar es la importancia de proteger el suelo con el aporte de biomasa disponible en la finca. El segundo paso consiste en observar alrededor las especies de árboles y arbustos que ya están establecidas en esa zona, que nos indican cuáles son las especies mejor adaptadas del lugar para iniciar el proceso de regeneración en la sucesión natural.

 

Para mejor entendimiento del trabajo en la agricultura sintrópica, hay que considerar que en la naturaleza ya existen respuestas sustanciales que nos indican cómo funciona la tendencia inherente de la regeneración. Nuestro papel es observar, identificar y dar un input para acelerar estos procesos ecológicos hacía el equilibrio y la resiliencia en los cultivos agroecológicos.

El modelo trabajado en el taller práctico dará respuestas de cuáles especies se establecen con salud a lo largo de 1 año, según las condiciones climáticas y del suelo de la región. Porque la finalidad es replicar un área de 1.000 m2 en la propia finca para producción de hortalizas y medicinales, a partir del mes de febrero de 2025. Vinculando la investigación y el estudio analítico continuo sobre la eficiencia, productividad y rentabilidad de ese cultivo agroforestal en la Finca Demostrativa La Granja de Alejandro hasta 2028.

Así se podrá comprobar el efecto de este modelo, como referente y pionero, de Agroforestería Regenerativa Sintrópica para la Comunidad de Madrid.

 

Para más información del proyecto de la finca

Propuesta de intervención

¿Cómo abordar una experiencia piloto municipal?

Vanessa Oliveira

Ingeniera Forestal, fundadora de Enteleckia una empresa social que está...

Ana Sosa

Coordinadora de Calará, Agroforesta y Regeneración, su actividad profesional es...

Una propuesta para los ayuntamientos sería empezar a cuidar de la salud de los bosques públicos (y de todos los espacios verdes incluyendo parques y rotondas) con la perspectiva de los procesos naturales. La agricultura sintrópica se ha demostrado como un conjunto de principios y técnicas muy eficientes a la hora de fomentar la salud de los paisajes, con la posibilidad de aumentar su productividad. Es interesante que estos principios y técnicas de la “agroforesta” sintrópica pueden aplicarse sea en el uso del suelo agrícola, ganadero, silvícola, recreativo, jardinería/paisajismo ornamental, etc. Introduciendo sólo algunas prácticas simples, mejoraría mucho la salud de los bosques; si cambiáramos las prácticas y además invirtiéramos algunos recursos en la transformación y gestión del paisaje, podríamos, además, generar paisajes.

Si sólo esperamos a que ocurra la regeneración natural en las condiciones de riesgo continuo que hoy estamos contemplando con las máximas de calor y sequía, tardaríamos muchos años en ver resultados tangibles. En este momento de cierta emergencia climática y condiciones alarmantes, podemos cumplir nuestra parte aplicando los principios de la Sintropía en los bosques mediterráneos, impulsando los procesos de regeneración natural y generando condiciones productivas para ganadería, apicultura, floricultura, fruticultura, silvicultura…).

Si las administraciones quisieran realizar estos cambios, estarían a la vanguardia de Europa en esta área. La agricultura sintrópica, así como la regenerativa y la agroforestería (Agroforestry) han sido introducidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y son reconocidas hoy como técnicas eficientes en términos de productividad y producción a corto plazo, así como en términos de regeneración del paisaje y de sostenibilidad a medio y largo plazo.

Como experiencia piloto recomendamos un área a partir de 6000 m2 para iniciar los experimentos en, al menos, cuatro bosques públicos en los que sólo existan entre 2 y 6 especies distintas.

Según la Sintropía, los ecosistemas no son organismos que llegan al clímax y perduran eternamente, siempre habrá una perturbación que abrirá un claro en el bosque, todo el material verde baja al suelo devolviendo los nutrientes y el agua acumulado. Entra el sol y nuevos ciclos de vida dan la oportunidad a otras plantas reiniciar la sucesión natural.

Habría entonces que acelerar ese proceso abriendo claros, triturando el material verde, dispersando grandes cantidades de semillas y pequeñas cantidades de herbáceas, arbustivas y arbóreas nativas y productivas, como: avellanos, pistachos, granados, albaricoques, membrillos, higueras, moreras, y por supuesto olivos, lentiscus, quercus, acer, sabinas, pinos, juníperos, enebros, romero, tomillo, lavándulas, y/o muchas otras especies, adaptadas a las condiciones de los diferentes terrenos. Definir todo el bosque como un mosaico pero con muy alta diversidad, y si es posible, utilizar la ganadería de la comunidad local para crear espacios de pastizal en cortafuegos y prestar el servicio de poda de las herbáceas. Sería una gestión agro-silvo-pastoril.
Aportaría un valor inmenso para la comunidad local que vive en el campo y el proceso de regeneración se encuadraría perfectamente con la salud de los bosques y la calidad de vida de las personas de los pueblos, además de aumentar notablemente la productividad de los paisajes y, si se quiere, producir un beneficio económico.